Laboratorio Soluna

Alimentos que deberías eliminar para siempre de tu dieta

Parte # 2

España  y el mundo sufren una epidemia de obesidad y sobrepeso que alcanza cotas alarmantes. Nuestro país es el segundo de la Unión Europea (tras el Reino Unido) con un mayor número de obesos y, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 70% de la población de nuestro país tendrá sobrepeso en 2030.

Los factores que nos han llevado a una situación como ésta son múltiples y variados, pero pueden resumirse en uno: los seres humanos comemos mal.

Zumos de fruta con azúcar añadido

Tienen fama de saludables, pero nada más lejos de la realidad. Los zumos aportan una gran cantidad de azúcar libre que no nos beneficia y están también relacionados con la epidemia de sobrepeso y obesidad que afecta a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo. Si encima llevan azúcar añadido, resultan mucho más perjudiciales.

Tomarse un zumo no es lo mismo que tomarse una fruta y, lo que es peor, estas bebidas no representan una alternativa saludable a la fruta. Lo explicó el dietista-nutricionista Julio Basulto en este artículo publicado en El País y lo aborda también J.M. Mulet, investigador, profesor de Biotecnología de la Universidad de Valencia y divulgador, en su último libro ¿Qué es comer sano? (Planeta de Libros). «El problema con los zumos es que en la exprimidora se queda gran parte de la fibra, sobre todo la pectina o fibra soluble, que tiene efecto saciante y algunas otras propiedades. Al quitar esto, aumentamos el contenido calórico», explica el científico.

Además, tal y como apunta el biotecnólogo, conviene fijarse muy bien en las etiquetas de los envases para saber qué estamos tomando. «Por ley, un zumo no puede llevar azúcar añadido, aunque sí que hay zumos hechos a partir de fruta exprimida y zumos hechos a partir de concentrado. Si le añadimos azúcar o edulcorantes artificiales, lo que tenemos por ley no puede llamarse zumo, sino nécta».

Comida rápida

No descubrimos nada si decimos que la comida rápida (kebabs, hamburguesas, perritos calientes y demás parafernalia hipercalórica y nada saludable) ha contribuido de forma fehaciente a que las actuales tasas de obesidad en nuestro país sean los que son. Lo advertía el propio Martínez-González en la entrevista. «Hemos acabado imitando las costumbres de los norteamericanos por papanatismo y nos hemos llenado de McDonald’s, Burger King, kebabs y bebidas azucaradas», decía el epidemiólogo.

Si lo pensamos un momento, el tradicional menú que se sirve en los restaurantes de comida rápida supone un exceso no sólo de calorías, sino que se trata de un producto que, en palabras de Martínez-González, «está compuesto por los peores alimentos, los más vinculados al sobrepeso y a la obesidad». En el caso de los menús compuestos por hamburguesas elaboradas con carne procesada, bebidas azucaradas y patatas fritas (más ketchup, mayonesa y mostaza, productos ultraprocesados todos ellos), llegamos a meternos entre pecho y espalda alrededor de 1.300 kilocalorías de una tacada (el 60% de la ingesta media diaria).

Carne procesadas

El 28 de octubre de 2015, la OMS publicó un informe en el que concluía, después de años de investigaciones, que la carne procesada era carcinógena para los humanos. Por carne procesada entendemos el fuet, el lomo, las salchichas, las hamburguesas, el beicon, o las conservas de carne como el paté, por ejemplo. Este tipo de alimentos no sólo están relacionados con una mayor posibilidad de desarrollar hasta siete tipos de cáncer distintos, sino que, además, también están relacionados con la obesidad y el sobrepeso.

Un estudio publicado hace un par de años en la revista BMC Nutrition y realizado con sujetos de 170 países distintos concluyó que el azúcar era el principal factor que explicaba el aumento de peso. Sin embargo, las conclusiones de este trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) también apuntan que «la alta disponibilidad de carne se correlaciona con una mayor prevalencia de obesidad». La investigación realizada por los miembros de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en 2011 y publicada en la revista The New England Journal of Medicine también alertaba sobre la relación directa de la carne procesada con el sobrepeso.

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