El alto consumo de sal puede aumentar la presión y todos los órganos pueden sufrir daños severos.
No es exagerado decir que una de forma efectiva de proteger los riñones, el corazón y otros órganos del cuerpo, es bajar drásticamente el consumo de sal.
La sal que usa la gente de manera regular contiene alrededor de un 40 por ciento de sodio; si bien se trata de un componente vital para el buen funcionamiento del organismo, en exceso es nocivo. Los riñones se ocupan de eliminar el sodio que sobra, pero cuando es demasiado se retienen líquidos, puede causar un daño intrínseco en estos órganos y estimular la producción de sustancias que elevan la tensión arterial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere consumir de 3 a 5 gramos de sal diario
Se estima que el 80 por ciento de esta viene directamente de los alimentos que se consumen y el 20 por ciento restante corresponde a la sal que se adiciona a las comidas preparadas.
Se estima que la población ingiere diariamente, más del doble de la cantidad recomendada y esto se asocia con una mayor incidencia de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.
Los expertos recomiendan consumir alimentos de origen natural y más verduras y frutas frescas.