El Castaño de Indias contiene un componente en sus semillas, la “escina” que favorece que la sangre fluya con normalidad, consiguiendo también que no se produzcan edemas al promover la pérdida de líquidos mediante la orina. Es especialmente adecuada por tanto cuando sentimos ese conocido hinchazón en las venas de las piernas, la pesadez a la altura de las rodillas, o los inevitables calambres o rampas que tanto dolor nos causan.
La acción del Castaño de Indias actúa también potenciando la resistencia capilar, resolviendo edemas y reduciendo la inflamación, es muy adecuado también cuando tenemos esas típicas arañitas venosas en las piernas, o las temibles úlceras e incluso también se han investigado sus propiedades para aliviar el problema de las hemorroides.
Podemos encontrar el Castaño de Indias en forma de cápsulas, se trata de un extracto estandarizado de las propias semillas que se comercializa habitualmente en forma de pastillas, también en cremas, e incluso pomadas. La dosificación más adecuada son 400 mg diarios, que equivaldrían a dos cápsulas al día, a tomar antes del desayuno y antes de la cena, de ese modo por ejemplo podemos paliar los calambres musculares nocturnos.
Debemos advertirte algo importante: jamás tomes sus hojas, flores o cortezas en forma cruda, ya que son venenosas. Lo indicado es consumir los preparados medicinales que se realizan en laboratorio, donde aíslan todos sus componentes y sintetizan aquellos que nos son beneficiosos. También se ha de limitar el consumo de las cápsulas de Castaño de Indias en las siguientes personas:
Embarazadas, personas con diabetes (ya que puede disminuir el azúcar en sangre) y pacientes con problemas hepáticos, ya que existe un componente que puede no ser beneficioso para esta población.