Laboratorio Soluna

Ciertos tipos de color azul pueden ayudar a dormir mejor

A su vez, pueden relajar la mente y aumentar la energía, según varias investigaciones recientes.

Tomado: Periódico El Tiempo 29 de julio 2018

Aunque algunos tipos de luz azul, como la de color cian que emiten las pantallas de los televisores, móviles, computadores y tabletas, han sido relacionados con problemas visuales y el insomnio, otras tonalidades de este mismo color pueden tener efectos positivos sobre el sistema nervioso, según varios estudios de universidades y centros de investigación.

Aunque el cine y la publicidad suelen asociar el azul con el desánimo, y pese a que en inglés la palabra blue (azul) también sirve para hablar de tristeza, además de que el tercer lunes de enero se conoce como blue monday, el día más triste del año, un sondeo de la compañía de viajes en línea Rumbo revela que un 23 por ciento de los españoles lo consideran el “color de la felicidad”.

Entre las razones emotivas que hay detrás de esta asociación, los españoles destacan que esa tonalidad los relaja y los remite al buen tiempo, a las vacaciones y los viajes, según la encuesta realizada por One Poll en nombre de esta agencia y en la que participaron 6.000 adultos europeos.

Según revela, el azul también es asociado con sentimientos positivos por habitantes de otros países, ya que es el color que transmite “mejores vibraciones” para el 27 por ciento de los franceses y el 22 por ciento de los holandeses.

Mejora la actividad cerebral

Diversos estudios científicos respaldan la opinión de estos encuestados acerca de que el color azul es una fuente de bienestar.

Un trabajo dirigido por Anna Alkozei, del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Arizona (EE. UU.), encontró que exponerse a la luz azul durante media hora, antes de involucrarse en una tarea cognitiva importante, “aumenta la actividad cerebral, mejorando la velocidad de reacción y la eficiencia de las respuestas ante la situación que se va a afrontar”.

Según Alkozei, la luz blanca enriquecida con azul podría utilizarse en lugares donde la vigilancia y la toma de decisiones rápidas son claves, como las cabinas de pilotaje, las salas de operaciones, los entornos militares o las estaciones espaciales.

Otra investigación, en la que participó Amber L. Pearson, profesora de geografía de la salud –que entre otros asuntos se ocupa del estudio de los efectos del medioambiente en la salud de las personas– en la Universidad Estatal de Michigan (MSU), halló otra razón para comprarse una casa en la playa al enterarse de que quienes disfrutan de vistas a las aguas oceánicas de color azul se estresan menos.

Este estudio es el primero en encontrar una relación entre la salud y la visibilidad del agua oceánica, a la que los investigadores denominan “espacio azul”, según la MSU.

El aumento de las vistas de dicho espacio azul se asocia significativamente con niveles más bajos de angustia psicológica, según Pearson, según quien este estudio no halló que la visibilidad de algunos espacios verdes, como bosques o parques herbosos, produjera el mismo efecto calmante.

A similares conclusiones ha llegado un equipo del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona, que ha efectuado una revisión internacional de 35 estudios cuantitativos sobre espacios azules y salud, concluyendo que la exposición a los entornos acuáticos con este color es beneficiosa para la salud mental y el bienestar.

Además, estos indican que los niveles de actividad física suben en quienes viven cerca de espacios azules, también beneficiosos para la salud mental, en especial para reducir el estrés, y para el bienestar que una persona percibe respecto de sí misma.

ISGlobal participa en el proyecto europeo BlueHealth, que estudia la relación entre los espacios azules y la salud humana.

Asimismo, científicos de la Universidad de Granada demostraron que la luz azul ayuda a relajarnos más rápido que la blanca tras sufrir un estrés psicosocial agudo, para lo cual midieron las actividades cardiaca y cerebral de participantes en el estudio mediante electrocardiogramas y electroencefalogramas, en situaciones de estrés.

“Es el estrés que se produce en las relaciones interpersonales o sociales, cuando mantenemos una discusión tensa con un amigo, o cuando estamos realizando una tarea y alguien nos mete presión para que la finalicemos cuanto antes”, según los investigadores del BCI Lab de esta universidad de Andalucía, dirigidos por Francisco Pelayo, profesor de arquitectura y tecnología de computadores.

Gafas que reajustan los ritmos biológicos

La firma Novalogy ha desarrollado un dispositivo “ponible” que emite luz azul y aumenta el bienestar mental “al ayudar a reajustar el ritmo circadiano humano, una especie de reloj biológico que regula las funciones fisiológicas del organismo siguiendo un ciclo que se repite cada 24 horas”, aseguran.

Explican que este sistema, denominado AYO (www.goayo.com), se basa en los descubrimientos sobre el ritmo circadiano por los que se concedió el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2017 a tres investigadores estadounidenses, y en otras investigaciones en cronobiología, la ciencia que estudia los ritmos biológicos, de instituciones como Harvard, Oxford y la Nasa.

Utilizando veinte minutos diarios este dispositivo, que se coloca como unas gafas y se programa y controla mediante una aplicación para afrontar distintas situaciones, “se puede mejorar el sueño, reducir el cansancio debido al desfase horario o jet lag causado por los viajes en avión, o elevar la energía diaria”, según sus creadores.

La clave de estos efectos es la exposición del usuario a una luz azul suave y especial que imite la luz solar, la cual le es administrada en el momento y con la intensidad adecuados, que se ajusta a los hábitos de sueño y estilo de cada persona, afirman desde esta compañía.

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