El silicio es un mineral que encontramos en nuestro organismo, y es fundamental en la formación de todos nuestros tejidos, tanto la epidermis, como los músculos y los huesos, sobre todo en los tejidos conectivos como uñas, cartílagos y tendones, este ayuda a mantener la resistencia y fuerza de los mismos.
De hecho los estudios relacionan la carencia de este con el pobre desarrollo de los huesos, y aumento de placas arterioscleróticas.
Juntamente al carbono es uno de los minerales más abundantes tanto en el mundo vegetal como en el animal.
Se encuentra en forma de cristales, aunque la forma activa es el dióxido de silicio.
La cantidad de silicio orgánico en el hombre disminuye de forma irreversible a medida que envejecemos, sobre todo a partir de los 40 años. Uno de los primeros signos de falta de silicio orgánico son los problemas articulares, que afectan a miles de personas en todo el mundo y cuya causa es la deficiencia de silicio orgánico continuada de nuestra alimentación.
Se ha comprobado que el silicio orgánico, elemento fisiológico de la sangre y el tejido, es fundamental en la asimilación del calcio, el fósforo, el magnesio y en la síntesis de la vitamina D.
El ser humano es incapaz de transformar en silicio mineral que ingiere en silicio orgánico ya que el primero de ellos no es asimilable por el organismo humano, sino que para dicha transformación se requieren plantas o microorganismos.
De donde lo podemos obtener:
Se encuentra generalmente en importante cantidad en nuestros alimentos.
En parte de las fibras vegetales, en gran cantidad en las cascaras de los granos de trigo, avena y arroz, en el azúcar de la remolacha, la pulpa de la caña de azúcar, en la alfalfa, en las hierbas como la cola de caballo o las ortigas.
También presente en la lechuga, pepinos, aguacate, fresa, cebolla, dientes de león.
La pectina de los cítricos y los alginatos.
El problema es que al cocinar los alimentos este mineral se pierde, quedando solo un 2% de la cantidad inicial.
Los suplementos que podemos comprar en la farmacia son principalmente de extractos de bambú y las hierbas de cola de caballo (equisetum arvensis).
¿Qué conseguimos al suplementar con silicio orgánico?:
El silicio aporta firmeza y elasticidad a los tejidos, al formar parte de las arterias, tendones, la piel, tejidos conectivos y ojos.
El colágeno contienen silicio en su propia estructura, manteniendo la conexión de los tejidos.
También presente en el Condroitín sulfato de los cartílagos y juntamente con el calcios mantiene la buena salud de los huesos.
El silicio gracias al tener una estructura cristalina como el cuarzo, puede penetrar en los tejidos y limpiarlos de las toxinas almacenadas.
A menudo se incorpora en muchas formulas para mejorar la fuerza del cabello, la piel, y las uñas, ya que ayuda a mantener la elasticidad de la misma, por lo que se suelen englobar en los tratamientos antiaging.
Otros usos que todavía están en vías de investigación indican la posibilidad de reducir los riesgos de arteriosclerosis y problemas cardíacos, úlceras gástricas, importante también en la prevención de la osteoporosis.
En resumen:
- Conservar la flexibilidad de las articulaciones
- Fortalecer y conservar los cartílagos
- El correcto desarrollo óseo y la estimulación de la asimilación del calcio
- La juventud de los tejidos
- La protección de la elasticidad del tejido arterial
- La protección de los ligamentos y plasticidad del tejido
- La conservación de la salud de cabello y uñas
- La consolidación de fracturas
- La remineralización
- La regularización del calcio
- La juventud y flexibilidad de la piel (elemento constitutivo del colágeno)