Cortesía/ El Colombiano
En su mayoría, la población muere afectada por enfermedades cardiovasculares: esto es, un 32 % de todas las muertes registradas en el mundo. Trabajos publicados en 2017, 2014 y 2013 citados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en parte lo atribuyen al consumo excesivo de sal.
Desde 2016, entidades de salud como la OMS, han advertido que más de 2 gramos de sodio al día (5 gramos por día de sal) aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente presión arterial alta, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
Un estudio más reciente, publicado en Annals of Medicine en diciembre de 2018, encontró la primera evidencia que asocia su ingesta en la dieta con el riesgo de desarrollar una arritmia cardíaca de las que afectan a millones de personas en el mundo.
El tema se debate fuertemente. El cuerpo requiere sodio y los estudios, de acuerdo con Jorge Mario Villa, médico internista de la Clínica Las Vegas, permanecen siendo observacionales, por tanto no puede aseverarse que lo que sugieren represente una correlación directa. Villa argumenta que aún se requiere de trabajos con metodologías prospectivas y aleatorizadas. Aunque sabe de su importancia para explorar cómo combatir las enfermedades cardiovasculares.
Afecta a muchos
La fibrilación auricular (FA) es la condición de arritmia cardíaca más común en el mundo, y se estima que en los próximos años aumente el número de casos, duplicando su prevalencia para 2050.
De hecho, esta se ha asociado con un aumento del doble de la mortalidad en la población general, con un incremento significativo de ataques cerebrovasculares, que a la vez hacen parte de la primera causa de muerte en Antioquia: con 17 fallecidos por cada 100.000 habitantes en el último periodo de 2018.
Las personas con esta condición corren mayores riesgos de morir porque las arritmias pueden generar fallas cardíacas. Por lo tanto, identificar una dieta alta en sal como un factor de riesgo evitable presentaría nuevas oportunidades para prevenirlas.
El autor principal del estudio de 2018, Tero Pääkkö, de la Universidad de Oulu, Finlandia, dijo: “Este análisis proporciona la primera evidencia de que la sal en la dieta puede aumentar el riesgo de fibrilación auricular de nueva aparición, lo que se suma a una creciente lista de peligros del consumo excesivo de sal en nuestra salud cardiovascular”.
Villa advierte que cuando se habla de sal, también se incluye la sal marina. “La marina está compuesta de sodio, es NACL; así que no disminuiría su efecto en los humanos. Incluso, la sal marina, algunas veces no está enriquecida con yodo, lo que puede conducir al hipotiroidismo”.
En este estudio, el equipo de investigadores finlandés siguió a un grupo de 716 hombres y mujeres de mediana edad durante un promedio de 19 años para explorar la relación entre el consumo de sal y la fibrilación auricular (FA). El equipo identificó a 74 personas diagnosticadas con FA de inicio reciente y comparó las tasas de incidencia según las estimaciones de la ingesta diaria de sal de las personas.
Los investigadores descubrieron una mayor incidencia de FA en aquellos que consumían los niveles más altos de sal en comparación con aquellos con la más baja.
“Aunque se necesitan más estudios confirmatorios, nuestros resultados sugieren que las personas que corren un mayor riesgo de fibrilación auricular pueden beneficiarse de la restricción de sal en su dieta”.
La probabilidad de desarrollar FA aumenta con la edad, afectando a alrededor de 7 de cada 100 individuos mayores de 65 años.
Así, a medida que las personas continúan viviendo más tiempo, entidades como la OMS, pronostican que los números que desarrollan la enfermedad aumentarán dramáticamente en los próximos años.
Aunque sus hallazgos son preliminares y se necesitan más estudios que lo confirmen, Pääkkö recuerda que dado sus estimaciones, “más de las tres cuartas partes de la sal ya se consume en los alimentos procesados”.
Así que considerar reducir –no eliminar– la ingesta de sal a nivel de la población podría tener un impacto beneficioso en las futuras cifras sobre fibrilación auricular.