La cúrcuma es una especia muy usada en India y el sudeste asiático, de donde es originaria la planta, aunque en la actualidad se cultiva en muchas otras regiones cálidas y húmedas. Se usa desde hace más de cuatro mil años en la gastronomía y también en la medicina para el tratamiento y alivio de diversas enfermedades. Conoce mucho más sobre la cúrcuma en el siguiente artículo.
Al igual que otras especias picantes, la cúrcuma es una buena aliada para algunos trastornos digestivos, ya que estimula las secreciones y ayuda a la digestión. Se recomienda a personas con dispepsia, falta de apetito, gastritis o digestión lenta. Esto se debe a sus principios activos, que ayudan a producir más jugos gástricos y pancreáticos, sirviendo a su vez para equilibrar el pH en estos órganos.
Para evitar la flatulencia la cúrcuma es carminativa, ayudando a eliminar los gases que se alojan en el intestino. Se aconseja para evitar cólicos intestinales y flatulencia, también para la atonía estomacal.
La cúrcuma es un excelente tónico biliar que protege las funciones del hígado. Esto es así por la curcumina (compuesto que le otorga su característico color amarillo anaranjado).
También posee otras sustancias muy buenas para este órgano, ayuda a eliminar las piedras en la vesícula biliar, es antiinflamatoria, favorece en el drenaje hepático y es eficaz para poder digerir mejor las comidas copiosas. Se recomienda en pacientes con cirrosis, ictericia, trastornos hepáticos y de vesícula.
Desde hace miles de años, esta especia ha sido utilizada por la medicina tradicional china para curar y tratar la depresión y otros trastornos psicológicos o afectivos. La cúrcuma tiene muchos componentes estimulantes del sistema nervioso y, además, ofrece buenos efectos sobre el sistema inmunitario y los estados de ánimo. Sirve también para atenuar las consecuencias del estrés