El mal aliento o halitosis también puede ser otra señal de que algo en nuestro intestino no anda bien. Un desequilibrio intestinal puede favorecer una proliferación de bacterias en la boca, provocando el mal aliento. Puedes evitar el mal aliento manteniendo una higiene oral adecuada.
Cuando proliferan bacterias dañinas en el intestino, las toxinas se pueden filtrar a través de las paredes intestinales. Estas toxinas pueden viajar al cerebro a través del torrente sanguíneo, afectando a la producción de neurotransmisores como la serotonina. Esto puede afectar negativamente a tu estado de ánimo, provocando cambios bruscos de humor, irritabilidad, ansiedad, estrés e incluso depresión.
Además, la carencia de ciertos nutrientes también puede provocar depresión que, como te comentaba antes, es una de las causas del mal funcionamiento del intestino.
Un mal funcionamiento de los intestinos puede afectar a la producción de ciertos neurotransmisores como la serotonina. La serotonina es vital para inducir y regular los patrones del sueño, por lo que si sufre alguna alteración es muy posible que se presenten dificultades para conciliar el sueño.