AUNQUE DORMIR BIEN ES NECESARIO PARA EL DESARROLLO ARMÓNICO DEL NIÑO, NO ES FÁCIL CONCILIAR UN REPARADOR SUEÑO EN LA SOCIEDAD ACTUAL
La cantidad y calidad del sueño es proporcional a la calidad de vida. O lo que es lo mismo, dormimos como vivimos. La falta de rutina, horarios cambiantes o un exceso de actividades programadas y extraescolares, están provocado que la hora de dormir se aleje cada vez más de lo que debería ser el placido descanso nocturno.
Doctor, mi hijo no duerme, o tiene pesadillas o por la noche se mueve convulsivamente y se golpea dormido… Las consultas se llenan cada vez más de padres preocupados por las alteraciones relacionadas con el sueño de sus hijos.
Dormir no es una actividad pasiva, sino un proceso activo durante el cual el cerebro trabaja. Cada ser humano posee un ciclo de sueño específico, por eso obligar a un niño que solo necesita dormir una siesta de diez minutos, a dormir una hora y media, puede ser tan perjudicial como despertar a los diez minutos al que necesita esos noventa minutos de descanso.
El resultado de la falta de un reparador sueño son niños hiperactivos, alteraciones del humor, dificultad de aprendizaje y malas noches para toda la familia. La clínica Quirón de Valencia cuenta con una de las primeras Clínicas del Sueño específica para niños.
El equipo que dirige el doctor Gonzalo Pin está formado por médicos especialistas en sueño, pero también por pediatras, psicólogos, neurofisiólogos o neumólogos que colaboran en tratar una patología que puede tener diferentes causas y variadas consecuencias. Y es que «los niños, como los adultos, se van a la cama con toda su vida», según destaca el experto, quien señala que «dormir es una necesidad, pero cómo dormimos es un hábito«, por lo que aboga que, al igual que enseñamos al niño a comer o a andar, se le debe enseñar a dormir.
El niño que aprende a dormir se despierta al principio durante la noche. Pero, en lugar de enseñarle y volver a acostarlo para que aprenda a dormir solo, se utilizan técnicas erróneas como darle agua o llevarlo a la cama de los padres. Para cambiarles el hábito los expertos recomiendan incorporar rutinas antes de dormir e intentar no saltarlas, ser constantes y no caer en las trampas del niño.
Solo el seis por ciento de los trastornos del sueño tiene origen médico, el resto está motivado por problemas neuroconductuales, educativos y por falta de límites. Pero, según el doctor Pin, no se puede culpabilizar a los padres, sino a una sociedad con una escala de valores y unos hábitos de vida que van en contra de que los niños puedan conciliar bien el sueño.
Qué hacer
Cuando los padres noten que el niño tiene problemas durante la noche, debe consultar a su pediatra, quien estudia primero el caso y, en caso de ser necesario, lo deriva a un especialista. En cualquier caso, para prevenir es importante establecer con el niño, desde la primera infancia, hábitos de sueño saludables, como acostarlo temprano, antes que esté demasiado agitado o cansado, mantener horarios regulares o pasar junto a él un rato tranquilo antes y después de meterlo en la cama.